Si tenemos en cuenta que la socialización
es el
proceso mediante el cual las personas adquieren los conocimientos, habilidades
y predisposiciones que las convierten en miembros más o menos capacitados de la
sociedad, el trabajo organizado y todo lo que él implica debería llevarnos a trabajar
en equipo. En
el trabajo en equipo los individuos interactúan para lograr una meta en común. Por lo que la manera de interactuar de estos individuos es vital para
la resolución de los problemas. El psicólogo Fernando Cembranos explica cómo
funciona la inteligencia colectiva en los grupos, sus beneficios y sus
problemas.
“La inteligencia de los grupos es una
dimensión relativamente independiente de la inteligencia de las personas que lo
forman. Todos hemos conocido grupos que, aún estando compuestos por
personas inteligentes, funcionan de una manera bastante tonta. En estos grupos
resulta muy difícil sacar una iniciativa adelante, se discute por todo (o por
nada) y se vive mal. También pueden encontrarse grupos formados por personas
consideradas no tan inteligentes, que funcionan de manera inteligente: se
apoyan muchas iniciativas, se pueden formular críticas, se sabe cuándo el
trabajo está realizado y cuándo no, se disfruta el debate y pueden desarrollar
construcciones colectivas. (…)Tal vez sea el sistema de interacciones, o la
cultura compartida del grupo, o la manera de plantear y resolver las reuniones,
o la forma de coordinar sus trabajos, o la manera de entender el poder, o el
modo de resolver sus conflictos, o las maneras de participar o todos estos
aspectos juntos”.
Uno de los grandes beneficios de la inteligencia colectiva es que, “en los grupos que desarrollan su
inteligencia colectiva las fuerzas se suman o se multiplican, se perciben
los méritos individuales como deseables para el grupo, se sabe renunciar a una
idea cuando otra es mejor (aunque sea de otro), se ‘socializan’ los cerebros,
se adapta la estructura a las realizaciones y a los objetivos del grupo, se
compatibiliza el bienestar con el trabajo, se aprovecha la diversidad y se
construye colectivamente el sentido. Los grupos inteligentes tienden a
construir una estructura horizontal en la que las personas pueden participar,
decidir, trabajar y aprender. Los conflictos son utilizados como una
oportunidad para mejorar sus planteamientos y optimizar su estructura. La
inteligencia colectiva hace que el grupo sea más que la suma de sus partes”.
En cuanto a los problemas
que podemos encontrarnos es que, “en los grupos con escasa inteligencia colectiva, dedican mucho esfuerzo a las pugnas internas, sin
conseguir aumentar el poder del grupo ni el de ninguna de las partes. Compiten en aquello en que cooperando
ganarían más. Convierten las diferencias razonables en relaciones de oposición
frontal. No establecen continuidad con los acuerdos que toman y aprenden a no
cumplirlos. No revisan los planes, empiezan cada vez desde cero desaprovechando
el saber acumulado. Duplican las tareas y se olvidan de cubrir zonas claves”.
“Los grupos y
colectivos pueden desarrollar mejor su inteligencia sabiendo que existe y que
es susceptible de ser trabajada, mejorando su técnica de reuniones,
incorporando dinámicas y recursos que faciliten la construcción colectiva,
enfocando sus errores de funcionamiento como algo de lo que aprender y en lo
que tantear e investigar, desarrollando estructuras y sistemas de resolución de
conflictos, parándose a pensar en condiciones favorables de vez en cuando,
valorando los aspectos de cuidado, afecto y mantenimiento, ejercitándose en los
diferentes tipos de pensamiento y acción a los que tiene acceso el grupo”.
Fuente: http://inteligenciacolectiva.pbworks.com/w/page/20029423/art%C3%83%C2%ADculo%20sobre%20Inteligencia%20Colectiva
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